Estilos de barba
Existen varias hipótesis sobre la evolución del vello humano y la barba. Una hipótesis afirma que la disminución del vello corporal, junto con el aumento de las glándulas sudoríparas, supuso una ventaja evolutiva para nuestros antepasados en las regiones secas de la sabana africana cuando emigraron de la selva más fría (hipótesis del enfriamiento corporal). Otra hipótesis sugiere que los humanos perdieron el vello corporal para eliminar ectoparásitos como garrapatas y piojos y reducir así las enfermedades infecciosas (Pagel y Bodmer, 2003).
Pero, ¿qué ocurre con la barba masculina? Tener vello facial podría haber sido una ventaja para camuflarse durante la caza. La barba rompe el contorno de la cabeza y la cara, y puede permitir mimetizarse mucho más con el entorno. Las barbas también podrían representar una protección estructural para las zonas vulnerables del cuello y la cara durante las luchas intraespecíficas por el dominio, como se ha observado en los leones machos (Blanchard, 2009).
En las luchas intraespecíficas que nos han acompañado a lo largo de la evolución, la cabeza suele ser el objetivo principal. En las peleas cuerpo a cuerpo, la mandíbula inferior es el hueso de la cabeza que más se fractura. La evolución de la barba masculina podría haberse debido, en parte, a la necesidad de proteger la mandíbula durante el combate cuerpo a cuerpo (Carrier y Morgan, 2015; Beseris et al., 2020).
Barba musulmana
La historia épica y la leyenda de la barba se remontan a mucho, mucho tiempo atrás. En la prehistoria, los científicos creen que los hombres se dejaban barba por tres razones principales. En primer lugar, para abrigarse. La barba protege el rostro de los elementos y constituye un escudo natural para las partes más delicadas de la cara, alrededor de la boca y los labios. Además, los hombres prehistóricos se dejaban crecer la barba para protegerse. Las espesas y pobladas barbas que podían dejarse crecer eran tan pobladas que ayudaban a amortiguar los golpes en la cara. ¿Conmociones cerebrales por una pelea a puñetazos? No con la barba adecuada, amigo mío.
Los hombres prehistóricos también llevaban barba como signo de intimidación, algo que ha perdurado a lo largo de los siglos. Al igual que la melena del majestuoso león, la barba crea un aspecto más varonil, con más testosterona, al crear la apariencia de una mandíbula más gruesa y fuerte. Por ello, las barbas de los hombres prehistóricos se consideraban un signo de honor. Sólo se cortaban como castigo, para señalar a los hombres que no eran dignos de conservar la barba por lo que habían hecho. Sólo un hombre que actuaba y se comportaba con honor tenía derecho a conservar su barba.
Con barba o sin barba
El picor que puede causar este mechón despeinado es tanto psicológico como físico. A la mayoría de los hombres les gustaría adornarse con la barba (o la falta de ella) que más les favorece, pero muchos no saben por qué a unos les va bien y a otros no.
Las barbas han ido y venido en oleadas a lo largo de la historia de la humanidad y sus civilizaciones, desde el primer movimiento en pro de la barba bajo el emperador Adriano en el siglo II, los reyes y los caballeros de la Edad Media, los hombres con sombrero de copa que montaban penny-farthings en el siglo XIX, hasta el renacimiento actual de los hipsters metropolitanos que beben cafés pour-over mientras acarician sus bien cuidadas melenas faciales y reflexionan.
Ser el hombre que se mira en el espejo del baño para decidir si se afeita o no la barba es cabalgar sobre la marea de la historia mientras intentas marcar tu propio rumbo en ella. En el caso de los hombres, la forma en que decidimos arreglar y mantener nuestro vello facial es un indicador importante. La psicología que subyace a nuestras barbas y la forma en que las mantenemos sugieren un sinfín de inferencias sobre nosotros mismos.
Crecimiento de la barba
A lo largo de la historia, las actitudes sociales hacia la barba masculina han variado mucho en función de factores como las tradiciones religioso-culturales imperantes y las tendencias de la moda de la época. Algunas religiones (como algunas sectas del islam y el sijismo) consideran esencial la barba completa y la imponen como parte de su observancia[1]. Otras culturas, aunque no la impongan oficialmente, consideran que la barba es fundamental para la virilidad de un hombre y ejemplifica virtudes como la sabiduría, la fuerza, la destreza sexual y un elevado estatus social. En las culturas en las que el vello facial es poco común (o actualmente está pasado de moda), la barba puede asociarse a la falta de higiene o a un comportamiento poco convencional. En los países con climas fríos, la barba ayuda a proteger el rostro de las inclemencias del tiempo. La barba también protege del sol[2].
La barba se desarrolla durante la pubertad. El crecimiento de la barba está relacionado con la estimulación de los folículos pilosos de la zona por la dihidrotestosterona, que sigue afectando al crecimiento de la barba después de la pubertad. La dihidrotestosterona también favorece la calvicie. La dihidrotestosterona se produce a partir de la testosterona, cuyos niveles varían según la estación. El ritmo de crecimiento de la barba también es genético[3].