Estilos de barba
Desde las profundidades de los laboratorios de investigación científica se ha puesto a prueba la ciencia de la barba. Hay muchos estudios e investigaciones sobre la naturaleza de la barba. Nuestras fieles melenas son una prolongación de nosotros mismos. A lo largo de los años, los científicos se han preguntado y postulado sobre el papel que desempeñan las barbas en nuestra biología e incluso en la sociedad. Algunas de estas investigaciones pueden decirle lo que los demás piensan de usted cuando miran su barba. He aquí algunas conclusiones clave de algunos de los estudios realizados en nuestra búsqueda para averiguar por qué los hombres tienen barba.
Los hombres con vello facial característico se asocian con agresividad, dominación y madurez. No te des golpes de pecho si tu personalidad no se corresponde con ninguno de estos rasgos. La barba es un signo activo de testosterona en el cuerpo, que el cerebro de los demás asocia después con el potencial de una mayor agresividad. El estudio que planteó esta hipótesis utilizó fotografías de hombres con y sin barba para su experimento. Ambos utilizaron las mismas expresiones faciales agresivas (enseñar los dientes, fruncir el ceño, gruñir, etc.) y luego se compararon. Los participantes puntuaron a los hombres según sus niveles de agresividad e intimidación. Los hombres con barba ganaron siempre. Bonito. Las investigaciones relacionadas con este estudio apuntan a que lo más probable es que la barba haya evolucionado en los hombres para ayudarles a mejorar su interacción con otros hombres. Los hombres más dominantes tienen más probabilidades de conseguir más oportunidades de apareamiento cuando intimidan a sus rivales y los hacen a un lado.
Crecimiento de la barba
El picor que puede causar este mechón despeinado es tanto psicológico como físico. A la mayoría de los hombres les gustaría adornarse con la barba (o la falta de ella) que más les favorece, pero muchos no saben por qué algunas barbas les van bien y otras no.
Las barbas han ido y venido en oleadas a lo largo de la historia de la humanidad y sus civilizaciones, desde el primer movimiento en pro de la barba bajo el emperador Adriano en el siglo II, los reyes y los caballeros de la Edad Media, los hombres con sombrero de copa que montaban penny-farthings en el siglo XIX, hasta el renacimiento actual de los hipsters metropolitanos que beben cafés pour-over mientras acarician sus bien cuidadas melenas faciales y reflexionan.
Ser el hombre que se mira en el espejo del cuarto de baño para decidir si se afeita o no la barba es cabalgar sobre la marea de la historia mientras intentas marcar tu propio rumbo en ella. En el caso de los hombres, la forma en que decidimos arreglar y mantener nuestro vello facial es un indicador importante. La psicología que subyace a nuestras barbas y la forma en que las mantenemos sugieren un sinfín de inferencias sobre nosotros mismos.
Significado de la barba
A lo largo de la historia, las actitudes sociales hacia la barba masculina han variado mucho en función de factores como las tradiciones religioso-culturales imperantes y las tendencias de la moda del momento. Algunas religiones (como algunas sectas del islam y el sijismo) consideran que la barba completa es esencial y la exigen como parte de su observancia[1]. Otras culturas, aunque no la exijan oficialmente, consideran que la barba es fundamental para la virilidad de un hombre y ejemplifica virtudes como la sabiduría, la fuerza, la destreza sexual y un estatus social elevado. En las culturas en las que el vello facial es poco común (o actualmente está pasado de moda), la barba puede asociarse a la falta de higiene o a un comportamiento poco convencional. En los países de clima más frío, la barba protege la cara de las inclemencias del tiempo. La barba también protege del sol[2].
La barba se desarrolla durante la pubertad. El crecimiento de la barba está relacionado con la estimulación de los folículos pilosos de la zona por la dihidrotestosterona, que sigue afectando al crecimiento de la barba después de la pubertad. La dihidrotestosterona también favorece la calvicie. La dihidrotestosterona se produce a partir de la testosterona, cuyos niveles varían según la estación. El ritmo de crecimiento de la barba también es genético[3].
Por qué barba
Las barbas no sólo son muy atractivas (oye, es ciencia), sino que además son buenas para la salud. Así que si alguna vez alguien saca a colación ese estudio que encontró partículas de heces en las barbas, puedes rebatirlo con cualquiera de los siguientes 8 hechos:1. Una barba puede proteger tu cara de los dañinos rayos del sol.FrankieCarr via Getty ImagesPublicidad
5. Una barba puede reducir las posibilidades de infección bacteriana. (¡Adiós, acné!)La barba puede añadir una capa extra de protección frente a las infecciones. Mientras que las bacterias existen de forma natural en la piel, el afeitado puede crear aberturas que las introduzcan y provoquen infecciones y vellos encarnados. No afeitarse también puede reducir los brotes de acné. Según el libro The Acne Cure (La cura del acné), de Terry J. Dubrow y Brenda D. Adderly, el afeitado puede provocar brotes de acné, empeorar el acné existente y contribuir a las infecciones cutáneas relacionadas con el acné, según un artículo de Livestrong.6 que cita el libro. En 1972, el Dr. Herbert Mescon, entonces profesor y presidente del Departamento de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, declaró al periódico The Spartanburg Herald que el hombre medio pasa unas 3.350 horas de su vida afeitándose. Es decir, ¡139 días! Casi cinco meses. Dejarse barba puede ahorrarte mucho tiempo.